Técnica de lavado
LAVADO DEL CABELLO:
Cuando hablamos del “lavado del cabello” nos estamos refiriendo también a la higiene del cuero cabello.
Esta es una de las primeras tareas que el alumno realizara en el curso, y deberá recordar que no solo está limpiando una cabellera sino preparándola para el resto de trabajos técnicos que se le realizaran, cuyo éxito dependerá en gran parte de esa tarea: el correcto lavado que implica la elección correcta del champú a emplear.
Se ubica al cliente en el lavacabezas, cubierto correctamente con la bata o vestimenta habitual del salón, sobre la que se coloca una toalla (en la espalda) cuyo borde se introduce entre la piel y la ropa del cliente.
Nos aseguramos que el cuello de la persona quede en contacto directo con la bandeja, evitando resquicios por donde puede filtrarse el agua y empapar su espalda y se da comienzo a la operación del lavado, que consta, por lo general de 5 pasos:
Al lavar la cabeza se deben mover con soltura los brazos, la muñeca y los dedos. El contacto de las manos con la cabeza no debe en ningún momento hacerse con la palma sino con la yema de los dedos. La mano entra en el cabello, introduciéndose en la cabellera y no resbalando por encima.
El movimiento base del lavado, está en un zig – zag de la mano provocado por la muñeca y con un ligero movimiento del brazo. Esta articulación es la que facilita la penetración de las yemas de los dedos dentro de la cabellera, que deben estar en permanente contacto con el cuero cabelludo.
Se ha de comenzar con una sola mano en el pelo ya embebido en champú, desde los nacimientos del cabello de la frente, frotando en zig – zag lentamente hacia atrás, repitiendo el procedimiento de cuatro a seis veces, según la suciedad del cabello.
Después con ambas manos, efectuar los mismos movimientos en las sienes, entreteniéndose un poco más en esta zona, tanto al mojar el cabello con agua, como al frotar con el champú, pues en la mujer en esta parte pueden encontrarse residuos de crema y maquillaje.
Hay que seguir con el movimiento de zig – zag hacia atrás muy lentamente, sacando los dedos del cabello al llegar a la coronilla, y volviendo a comenzar otra vez los movimientos por delante.
El paso siguiente es comenzar desde las orejas con los mismos movimientos hacia atrás.
A continuación se frota todo el cuero cabelludo, desde la coronilla hasta la nuca, hay que dedicar unos momentos finales a las puntas donde pueden quedar todavía residuos que han entre sí, siempre en dirección única desde la raíz hacia el extremo libre, hasta acabar soltándolas.
ENJUAGUE DEL CABELLO:
El enjuague final debe ser la fase más meticulosa del lavado, puesto que debemos asegurarnos de eliminar correctamente todo resto de champú o de productos que alterarían el resultado o el efecto de trabajos posteriores, o sencillamente el aspecto final de la cabellera.
Tanto en el empapado del cabello previo al primer champú, como en el intermedio o en el enjuague final, se trabaja con una mano pues la otra sostiene el duchador. Se comienza a verter agua por el punto más alto y delantero de la frente.
La mano puede realizar el movimiento de zig – zag en los mismos nacimientos donde se dirige el agua, introduciendo igualmente las yemas de los dedos hasta el cuero cabelludo y en cabelleras muy espesas, echando el agua en la mano para que, al resbalarse por los dedos, penetre en la piel. Después de la parte alta se sigue con el movimiento en zig – zag hacia atrás, desde el nacimiento de uno de los lados, y luego desde el lado contrario, siempre haciendo caer el agua sobre la parte más alta de la cabeza junto al nacimiento de los cabellos.
Una vez bien enjuagada la mitad de la cabeza en su parte alta, de una a otra oreja, pasando por la coronilla, se procede al enjuague de la parte baja, esta vez colocando la mano con los dedos hacia abajo y con la palma frente a la nuca haciendo movimientos repetidos de vaivén.
En los cabellos de media medida o largos, es necesario incorporar un nuevo movimiento: con la palma de la mano abierta, como en el movimiento anterior, presionar la cabeza con el cabello, echando el agua desde arriba y consiguiendo que mientras presionamos se embalse gran cantidad de agua entre los cabellos que están en la cuenca que forma la palma de la mano; el agua acumulada se suelta de repente en una segunda fase. Se hace esta operación repetidamente, comenzando por la coronilla y descendiendo cada vez más por las puntas.
DISTINTOS TIPOS DE CABELLOS:
Cabellos grasos:
Las glándulas sebáceas producen exceso de sebo (hiperfunción) y determinan algún grado de seborrea (esta palabra significa “flujo de sebo”); por ser una alteración propia de la piel, el cuero cabelludo se ve afectado al igual que otras zonas del cuero. El sebo llega a la superficie, a la epidermis, y con el peinado, roce, frotación, etc., se reparte por los cabellos, otorgándoles un aspecto grasiento, lustroso y adhiriéndolos entre si formando una especie de cintas, etc.
Cabellos secos:
A la inversa, en este tipo de cabellos existe una hipo función de las glándulas sebáceas; la piel de todo el cuerpo es seca también, haciéndose evidente esta característica en el rostro de la clienta.
En algunos casos la sequedad del cabello puede deberse a factores externos, físicos o mecánicos, que eliminan todo rastro de sebo del cuero cabelludo y del pelo, como el uso excesivo del secador de aire, exposiciones prolongadas al sol, aplicación incorrecta y/o prolongada de productos cosméticos inadecuados, etc.
Este tipo de cabello tiende a abrirse en las puntas, porque es insuficiente la cantidad de grasa que llega hasta ellas para lubricarlas.
Cabellos frágiles:
Este tipo de cabello puede romperse pero no desprenderse, y será responsabilidad del peluquero determinar exactamente si se trata de “caída” o de “rotura de corte” del cabello. Si tomamos un pelo entre el pulgar y el índice y tiramos de él, al extraerlo se observara un minúsculo bulto en el extremo correspondiente a la raíz, lo que nos advertirá de que se trata de “caída” y no de rotura.
El cabello frágil, cortado o roto, al no caer de raíz no presenta esta característica, por el contrario suele comprobarse claramente el corte y la porción de pelo que queda adherida al cuero cabelludo. El hecho de enredar el cabello durante el peinado daña seriamente su superficie. Se producen agrietamientos longitudinales, mucho más en las puntas que en las raíces. El peinado a contrapelo es muy traumático: deforma y desprende gran número de escamas de la cutícula.
Las alteraciones provocadas por los productos de permanente o por la aplicación de excesivo calor durante el ondulado o la tintura consisten en fractura y despegamiento de los bordes libres de las células cuticulares. Si se repite o incrementa el daño estas células se desprenden quedando expuesta la corteza.
La exposición al sol causa degradación de la queratina del pelo y pérdida de su fuerza, el daño mecánico durante el lavado puede destruir la cutícula y exponer la corteza que es hidrófila (la cutícula, en cambio, es hidrofóbica), por lo tanto la humectación de la superficie de las fibras puede darnos información respecto al daño que ha sufrido. A mayor humectación mayor daño en la cutícula.
Cabellos castigados:
Por diversas razones, entre las que podemos mencionar los productos y tratamientos inadecuados, el cabello puede presentarse áspero e inclusive sonar al frotarlo. Esta situación es reversible con la aplicación de un sinfín de productos específicos que existen en el mercado.
En cambio, ciertos cabellos tiene tendencia natural a perder la capa cornea (queratina) que los protege, permitiendo así la absorción de sustancias perjudiciales, y en este caso los tratamientos mencionados no logran el mismo efecto.
Un pelo áspero no tardara en abrirse, y luego romperse, ofreciendo un aspecto descuidado e irregular.
Cabellos finos y delicados:
Es una característica hereditaria y no siempre este tipo de cabellos es escaso, sino que presenta menor volumen justamente por la disminución del grosor del pelo. Puede ser tanto graso como seco, ya que esta condición es independiente del grosor del cabello.
Puntas abiertas:
Se debe frecuentemente a la “edad capilar”, ya que las puntas son siempre más viejas que el resto del pelo. Y como ya hemos visto pueden estar castigadas por la falta de lubricación natural, lavados, cepillados, etc.
Las alteraciones más frecuentes del cabello y del cuero cabelludo responden adecuadamente a los tratamientos cosmetológicos apropiados. A continuación sugerimos procedimientos de higiene capilar profunda, nutrición y revitalización:
TRATAMIENTO DE NUTRICION PARA CABELLOS CASTIGADOS:
Baño de crema: se realiza sobre cabellos, procesados o no, que necesitan humedad.
Este baño de crema se realiza con productos grasos, para dar brillo al cabello natura, se potencia con ampollas o aceites capilares para recomponer los cabellos altamente castigados.
PASOS PARA UN BAÑO DE CREMA PARA CABELLOS DETERIORADOS POR EL SOL O EL AGUA DE MAR:
OBSERVACIONES REFERIDAS A LA HIGIENE DEL CABELLO:
“Si el pelo se lava cada 2 o 3 días no son necesarias dos aplicaciones de champú en cada lavado.
“El cabello muy largo puede ser cepillado y desenredado antes del lavado.
“Un correcto lavado del cabello comienza por una adecuada higiene del cuero cabelludo, y la frecuencia del lavado, como los productos que se utilizaran, deberán corresponder a las necesidades individuales, que el peluquero establecerá en función del estudio responsable de las características de cada cabellera y que
TRATAMIENTO DE LIMPIEZA PROFUNDA:
TRATAMIENTO DE NUTRICION PARA CABELLOS CASTIGADOS:
Baño de crema: se realiza sobre cabellos, procesados o no, que necesitan humedad.
Este baño de crema se realiza con productos grasos, para dar brillo al cabello natura, se potencia con ampollas o aceites capilares para recomponer los cabellos altamente castigados.
PASOS PARA UN BAÑO DE CREMA PARA CABELLOS DETERIORADOS POR EL SOL O EL AGUA DE MAR:
OBSERVACIONES REFERIDAS A LA HIGIENE DEL CABELLO:
“Si el pelo se lava cada 2 o 3 días no son necesarias dos aplicaciones de champú en cada lavado.
“El cabello muy largo puede ser cepillado y desenredado antes del lavado.
“Un correcto lavado del cabello comienza por una adecuada higiene del cuero cabelludo, y la frecuencia del lavado, como los productos que se utilizaran, deberán corresponder a las necesidades individuales, que el peluquero establecerá en función del estudio responsable de las características de cada cabellera y que
estarán condicionadas por la secreción natural de sebo, el clima, tipo de transpiración, profesión u oficio, en ambiente en que vive o trabaja la persona.
AL PROCEDER AL LAVADO DE UNA CABELLERA DEBERE RECORDAR QUE:
Tipos de Shampoo